China arrasa

Desde que se inauguraron los Juegos Olímpicos el viernes 8 de agosto, los deportistas chinos sólo conocen el sabor del triunfo en la mayoría de las modalidades que participan en la gran fiesta del deporte. Y lo que les queda. Esa garra y ese empuje por la victoria, ya anunciada por las autoridades de Beijing, se pudo observar contra una débil selección española de baloncesto. Los de Aíto, amilanados y con la mente puesta en su enfrentamiento contra los Estados Unidos de Kobye, pensaron más en las declaraciones del gigante chino, Yao Ming, al reconocer que con estar entre los ocho primeros sería un éxito para ellos, que en desplegar el juego vistoso que hasta ahora estaba deleitando a los aficionados del baloncesto mundial. Tal fue su reacción que se echó a reír Yao tras la conclusión de un partido amistoso que el combinado chino disputó contra la selección argentina antes de que se iniciara la competición, en un torneo celebrado por la Fiba y donde Argentina tuvo que sudar la camiseta para poder ganar con una remontada de 16 puntos en el último cuarto frente a Austalia.

La selección china ha reconocido abiertamente que, sin duda alguna, los Calderón, Gasol y Navarro son mejores en la actualidad pero también se han demostrado que ya no existe esa diferencia abismal entre ambos países. Sus manifestaciones muestran optimismo para pasar a la segunda ronda, sólo queda esperar si conseguirán sobrepasar a una Alemania, que viene cansada de jugar el preolímpico para clasificarse a esta cita deportiva, como apuntó su estrella teutona Nowitzki, o a una Grecia con ganas de revancha y de demostrar que siguen en la elite del deporte mundial.

Ha de destacarse que el intermitente cambio de jugadores en la selección española provoque que Navarro, imprescindible para el combinado, se recupere muy lentamente y que no adquiera la confianza que le caracteriza. En algunos momentos del partido, el flamente jugador del Barcelona se mostró tímido sin que apereciera ningún atisbo de la calidad de que le atesora. También, fue innecesario sacar a Pau en los últimos minutos del partido, porque se marchó entonado y enchufándolas como esperamos de la estrella angelina.

Sin embargo, y hay que ser justo, Aíto demostró su madera de gran entrenador cuando preparó la jugada del partido: balón de banda, cruzar la pelota de lado a lado para que llegara a Navarro y clavara el triple del empate. Ahí sí que les hizo daño a unos chinos que no pudieron cortar la tercera intentona de remontada del conjunto español. Las dos anteriores fueron frenadas de manera magistral por el entrenador chino con dos tiempos muertos.

Este jueves, España se enfrenta a una Alemania escasa de fuerzas y de talento. A pesar de un Nowitzki imparable encestando a diestro y siniestro, el combinado español debería desplegar su juego en equipo, que perdió ante China, y corregir los errores de defensa, además de evitar las pérdidas de balón.