Sobre la mitad del partido de semifinales me dije: “a qué tengo que
cambiar el título del siguiente artículo y no puedo continuar con la
serie”, pero finalmente se impuso la lógica y España está en la final y
en los JJOO de Londres, no sin sufrimiento ya que durante tres cuartos,
una gran Macedonia, moviendo el balón perfectamente y encomendándose a
MacCalebb, Illieski y Antic en ataque, aguantó e incluso nos dominó en
muchos momentos, pero esta España se ha ganado el crédito y la confianza
al menos la mía y no entiendo bien por qué algunos se los nieguan.
El
plan B de Scariolo para parar a McCalebb (salió regular para mi gusto,
metió 25 puntos) fue poner sobre el “macedonio” a Rudy y luego a Llull,
pero no contó con la velocidad de juego de los ex-yugoslavos y tampoco
supimos frenar los tiros lejanos de Antic. Y digo que salió regular
porque su intención fue pararlo y no dejarle anotar.
Menos mal
que en ataque estábamos bien, aunque se notó la permisividad a la
defensa que dijimos de los árbitros (cuidado con esto) sobre todo con
Pau, y menos mal que apareció Navarro (ayer me encomendé a Batman, pero
no me importó que apareciera Robin) en plan estrella (lo que es) y en el
tercer cuarto dio un recital (17 puntos, 35 en total) difícil de
olvidar por los españoles y por toda Europa que vio como el talento más
puro se hacia con un partido que se puso muy difícil y enseñando al
mundo que no hace falta tener el cuerpo de Lebron James para dominar un
partido y que este juego es de listos. Por lo demás, Pau no tubo un día
especialmente inspirado en el tiro de media distancia, aun así numerazos
de crak, por lo que su incidencia fue grande en el partido, Ibaka que
dio unos muy interesantes minutos, en un día en el que Marc bajó un poco
sus prestaciones, pero para eso somos un equipo. Y no entendí por qué
no jugó San Emeterio.
Mañana la final contra Francia que eliminó a
Rusia. Yo prefería que la final fuera contra los rusos por dos motivos:
la revancha del Europeo 2007 y por que los franceses dejándose ganar un
partido no son merecedores de tal honor. Dicho esto no queda más que
aceptar que son los finalistas y a los que hay que ganar.
Los dos
partidos (el de preparación y el de la fase de grupos) no son
referencias por muchos motivos, ni para España ni para Francia. Y
ciertamente creo que veremos a las dos selecciones más potentes del
campeonato (por nombres al menos) y espero que la concepción de “equipo”
mucho más desarrollado en nuestra selección nos ayude a ganar este oro.
Parar a Parker no es garantía de victoria ya que Diaw, Noah, Batum,
Gelabale, De Colo y compañía son capaces de ganar partidos. Como siempre
creo que las ganas de ganar (porque la calidad se le supone a las dos
selecciones que llegan a una final) serán determinantes llegados a este
punto del campeonato.
A España le espera el olimpo de los grandes equipos de la historia si gana, esperemos que entre por la puerta grande.
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