Polémica absurda para desviar la atención de España

La seleccion española ha asisitido a un espectáculo de los periodistas en la rueda de prensa de prensa después de enfrentarse a los teutones. En vez de hablar del partido que ha disputado contra Alemania, se han visto los de Aíto que verse frente a las preguntas de los periodistas extranjeros sobre la fotografía en la que aparecen rasgándose los ojos con las manos para asemejarse a una persona asiática, como un guiño a este país.

Sin duda alguna, esta incitación por parte de la prensa norteamericana, pero iniciada por el diario inglés The Guardian, esconde lo que en nuestro pueblo se diría "acojonamiento de los estadounidenses por nuestros jugadores". Cuando estamos ante una gran cita olímpica donde el deporte abandera el acercamiento entre pueblos y donde tenemos que vivir la mayor cita deportiva, la prensa está intentando desconcentrar a los nuestros de desplegar su juego que tantas alegrías nos han traído en los últimos años. Parece como si los jugadores estadounidenses tuvieran miedo de que España empiece a jugar en equipo, como hacía antes y que aún no ha logrado conseguirlo.

El base Calderón ha expresado su disgusto por la malaintepretación y ha declarado en la rueda de prensa que hicieron el anuncio con todo el cariño y que quienes ven esto como algo negativo "debería pensar el porqué". "Hemos venido aquí a jugar y creo que no es apropiado hacer o decir algo malo de un país que nos acoge un mes. No tiene ningún sentido, así que quien quiera hablar de este tema, que lo haga porque nosotros queremos hablar de baloncesto," zanjó el extremeño. Por su parte, Aíto se refirió al anuncio en breves palabras y señaló que "los jugadores participaron en el anuncio por hacer un guiño simpático de complicidad a los anfitriones de los Juegos." Dejémonos de polémica y centrémonos en lo bonito que es el baloncesto. Y antes de nada, cuando se habla de otros, que antes se mire uno a sí mismo, porque es muy fácil criticar hoy en día al vecino de algo que uno también comete. Primero, se limpia uno las manos y después impartes lecciones magistrales a los demás. Esta es la primera norma del sentido común.